viernes, 23 de noviembre de 2007

LOS COLORES DEL BARRIO, UN ARTE CERCANO

Mientras muchos artistas exponen sus creaciones en tradicionales salones fríos de paredes blancas con vino tinto como aperitivo, Los colores del barrio lo hacen junto al mercado de santa Rita en Torices y prefieren celebrar con jugo, gaseosa o cualquier otro refresco.

Los Colores del Barrio es un grupo artístico fundado por Luis Herazo y Melvin Lans, que nació a finales de la década del ochenta con el fin de promover el arte en Cartagena y descentralizarlo de las típicas exposiciones en el Centro Histórico con muestras en diferentes lugares de la ciudad.

El grupo está conformado por seis personas, Jorge Ramos, Juan Carlos Mendoza, Rodrigo Caballero, Helmut Acosta, José Maria Martínez y Alberto Gonzáles, todos hombres maduros que alternan el arte con otros oficios de los que dependen económicamente.

Luego de tanto tiempo, cada uno ha tenido la oportunidad de encaminar sus obras pictóricas hacia una técnica, movimiento, estilo e inspiración diferentes.

Jorge Ramos empezó con el realismo, tendencia donde la imagen tiene total similitud con lo real. Pronto sintió que no estaba haciendo un verdadero arte y decidió cambiar por algo menos mecánico para su estilo.

Como resultado nacieron hace un año dos de sus obras más representativas, aquellas que considera como unas hijas que se desprendieron de él. Con estas pinturas tituladas Relación de anexo y Mimitismo y encasilladas dentro de la categoría de arte abstracto figurativo, Ramos no renuncia por completo al realismo, pues aún acude a figuras concretas, pero ésta vez lo hace en términos mucho más abstractos.

Lo cierto es que ambas obras tienen un buen manejo de colores cálidos, proyectan madurez, originalidad e incitan en el espectador un esfuerzo por saber qué se esconde detrás de ellas, pues contienen un mensaje subliminal con propósitos positivos por parte de su autor.

Su preocupación es la pérdida de la urbanidad y las buenas costumbres en nuestra sociedad actual (Relación de Anexo), lo que se traduce en mayor inseguridad y afán por ocultarse de las personas que pueden hacernos daño (Mimitismo).

Sin embargo dudo que dichos propósitos logren ser interpretados por todo aquel que aprecie ambas obras pues su carácter abstracto permite que nos imaginemos cualquier infinidad de cosas.

En cuanto a la técnica, Ramos utiliza el óleo y para la obra Relación de Anexo en vez de utilizarlo sobre lienzo, lo utilizó sobre un plástico transparente para completar la serie de la obra al respaldo de la misma. Con esta idea el artista pretende, en una próxima exposición, hacer una instalación con dicha obra donde el espectador pueda mover el cuadro y ver la pintura que hay en cada uno de sus dos lados, lo cual resulta bastante creativo.

Y del arte abstracto figurativo de Ramos pasemos al primitivismo de Juan Carlos Mendoza, uno de los integrantes más antiguos del grupo que reconoce seguir en una etapa investigativa y de reflexión para saber cuál es la mejor manera de encaminar su trabajo artístico.

La intención de Mendoza con sus obras es comunicar las vivencias, las costumbres y la cotidianidad, para ello recurre a un estilo primitivista donde saca dentro de sí su toque ingenuo e infantil sin tener en cuenta ningún tipo de reglas artísticas, con pinturas que hacen referencia a elementos concretos y fáciles de determinar, como por ejemplo una palmera, pero que al contrario del realismo, no se ven tal cual como una palmera real.

Las obras de Juan Carlos además de primitivistas, llegan a ser extremistas e idealistas, pues presentan un mundo muy irreal, inalcanzable para muchos en la actualidad y sobre todo en Cartagena. Refleja paisajes naturales mágicos extremadamente tranquilos y con formas de vida campestre que a muchos cartageneros les es imposible tener.

Sus obras serían fácilmente justificables si su intención fuera simplemente lograr en el espectador una paz interior, por lo menos momentánea, sobretodo con la obra Tarde de pesca, donde se aprecia gran pulcritud cerca al cerro de la Popa.

El hecho de continuar en ese proceso y no haber llegado aún al punto que anhela alcanzar se ve reflejado en sus pinturas.

En el grupo, además hay espacio para los amantes de la naturaleza, Helmut Acosta y José Maria Martínez, quienes están más inclinados hacia los temas ecológicos. Helmut por su parte, utiliza técnicas que van encaminadas a la preservación de la naturaleza.

En vez de trabajar sobre lienzo, prefiere hacerlo sobre un pedazo de tabla desgastada y rajada, tal como lo hizo con su obra Tour por las aguas de Cartagena. El contenido de la pintura hace alusión a lo percibido por él en las aguas de la Bahía y el caño de Juan Angola de Torices. Esta obra muestra realidades como la fuerza que ha tomado la economía informal, más conocida como el “rebusque”.

La originalidad de su técnica reciclable puede hacer que el espectador piense que su obra se ha desgastado con el tiempo, aunque esa no sea su intención.

José Maria Martínez aplica su propio abstracto figurativo con un mensaje contundente, por más abstracto que parezca en un principio. Con la obra Naturaleza intervenida se nota claramente una planta envuelta por tuercas. Todos sabemos que los avances de la industria y la tecnología llegan incluso a opacar la vida y función de la naturaleza.

Esta obra de entrada es impactante, tiene vida, tiene movimiento y pareciera que la planta intentara sobrevivir ante la imposición de las tuercas.

En cuanto a la forma de exponer sus obras, el grupo Los Colores del Barrio, se ha destacado por hacerlo en distintos puntos de la ciudad para que a muchos más cartageneros les sea fácil apreciarlas e interactuar con sus autores.

Como una de las exposiciones más originales se puede mencionar aquella que realizaron en el mercado de Santa Rita en Torices. En esa ocasión, sin invitaciones, lograron reunir más gente de la que cabe en un salón, al dibujar sobre los muros de esa plaza pinturas alusivas al daño que a diario le ocasionamos a la naturaleza.

La obra más comentada de esa espontánea exposición fue la de Martínez, quien ocupó toda una pared con una obra con la que quiso predecir el futuro del cerro de la Popa.

Se aprecia en una foto de dicha pintura un panorama tétrico de ese posible futuro de la Popa, una sequía absoluta, algo que a cualquiera le haría sentirse parte de ese entorno tan cartagenero que debemos ayudar, en la medida en que podamos, a conservar.

Rodrigo Caballero es otro de los integrantes del grupo. Su obra Casas de Madera es una serie donde se destacan dos pinturas cuyo origen fue una de las facetas de la vida de Caballero en el barrio La Paz y Loma Fresca.

Aunque es el único del grupo que no estudió nada relacionado con el arte, logra con Casas de Madera, alrededor de una escala de grises, resaltar en negro aquello que no queremos aceptar, la miseria absurda de dos niños tirados en el suelo, uno de ellos cuando hace sus necesidades fisiológicas en plena calle con un panorama de extrema pobreza a su alrededor.

Son seis propuestas de arte popular, cartageneros experimentados, trabajadores, que más allá del contenido de sus obras artísticas lo que han logrado es involucrar a la gente común en temas artísticos que, por lo general, sólo lo disfrutan y juzgan ciertas élites. Y aunque el arte no es precisamente el que les da de comer, sí es el que los motiva a seguir viviendo.

1 comentario:

miguelopina dijo...

Bacano mano... me gustó tu escrito.